
Los estudiantes de Verónica han empezado a preguntarle “por qué en Gaza mueren otros niños”. Podrían ser como ellos, alumnos de un colegio público en Aluche (Madrid) con una vida, por lo general, normal y corriente. Pero haber nacido en otro punto del mapa ha cambiado por completo sus trayectorias. Es el relato que cuenta esta docente del CEIP Antonio Machado, en el distrito de Carabanchel, donde junto a decenas de compañeros y simpatizantes se ha concentrado este viernes para pedir el fin del conflicto y “amparo” al profesorado. Sobre todo después de que el Gobierno regional restringiera “actividades relacionadas con cuestiones políticas” ante la proliferación de símbolos o banderas palestinas en las aulas. La respuesta ha sido contundente.
Esta semana, la capital u otros puntos del país han acogido numerosas protestas por el “derecho a denunciar el genocidio”. Sindicatos como CCOO, UGT, CGT, STEM, CNT, Comisiones de Base (co.bas), Solidaridad Obrera o ASC han llamado conjuntante al paro educativo este 3 de octubre en diferentes tramos horarios: de 11.30 a 13.30 y, por la tarde, entre las 17.00 y las 19.00. Así que varios rincones de Madrid han sido el punto de encuentro para vecinos o profesores que decidieron sumarse a la iniciativa. Las inmediaciones del intercambiador de Aluche era solo uno de ellos, pero el manifiesto común se ha leído en otros barrios.
En Carabanchel, además de esta última cita, había otra desde las 11.45 horas en la Plaza de Oporto, gran centro neurálgico del distrito. Vallecas izó banderas palestinas en la zona de Entrevías y junto a los metros de Sierra de Guadalupe o Buenos Aires. Otros puntos fuertes estuvieron en Rivas-Vaciamadrid, Moratalaz, Getafe, Villalba o San Lorenzo de El Escorial, donde se agendaron protestas un día antes de otra gran convocatoria: la de este sábado en Atocha por la Global Sumund Flotilla . El jueves, además, tuvo lugar un encierro simbólico en el interior de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en el campus de Ciudad Universitaria, en apoyo al pueblo palestino.
“Hemos constatado numerosas llamadas telefónicas desde la Comunidad de Madrid y su Inspección Educativa para reprender a los directores de al menos diez centros educativos, con prohibiciones expresas a la exhibición de símbolos del pueblo palestino como banderas, camisetas o actividades de concienciación contra el genocidio programadas por claustros o equipos docentes”, destacaron desde Aluche en la lectura de un manifiesto conjunto, que se escuchó paralelamente en otros rincones de la capital. La sensación en el aire era de amenaza.
Consideran este asunto un ataque a la libertad de cátedra y la autonomía de los centros, pese a que el Gobierno regional lo defiende como una forma de mantener las cuestiones políticas fuera de las aulas. En su discurso contra la última iniciativa de Sol, los docentes buscaron refugio en la propia legislación, con especial hincapié en la ley educativa más renciente: la LOMLOE, de carácter estatal. “Aquí se establece que el sistema educativo debe ofrecer una formación para la paz, el respeto a los derechos humanos, la vida en común, la cohesión social o la cooperación y solidaridad entre los pueblos”, reza su comunicado.
Los gritos de “ Madrid será la tumba del sionismo ” comenzaron a solaparse tras la lectura, toda una declaración de intenciones. En una de las áreas abiertas que hay nada más salir del metro de Aluche, muy cerca de la estación de Cercanías, personas de todas las edades –algunos trajeron niños consigo– ondearon banderas palestinas y exhibieron pancartas en las que se pedía una “educación contra el genocidio” desde centros públicos de la zona, como el propio Antonio Machado o el IES Blas de Otero. “ Queremos jugar con vosotros ”, escribían maestros del primer colegio a los niños asolados por la masacre en Gaza.
El portavoz en la concentración de la Marea por Palestina (una plataforma educativa contra la acción de Israel en Cisjordania), Carlos Díez, anunció instantes después de la lectura conjunta que la organización presentaría una denuncia contra la decisión de Ayuso en los colegios, para la que aseguran contar con el apoyo del Gobierno central. “Hemos conseguido que el próximo martes se debata en el Consejo Escolar del Estado una declaración de amparo explícita a todos los docentes de las escuelas que hacen su trabajo conforme a la ley”, avanzó su representante.
Se refiere al órgano de participación más directa que existe en toda la nación para el sector educativo, y que depende directamente del Ministerio del ramo. En declaraciones posteriores a Somos Madrid, Díez sostiene que hasta cinco miembros de la Marea por Palestina lograron reunirse durante un breve período de tiempo con responsables del departamento que dirige Pilar Alegría después de presentarse por sorpresa a las puertas del Congreso de los Diputados, solicitando que secundaran su denuncia frente a la última directriz en la Comunidad de Madrid.
“Si algo hemos aprendido de esta experiencia es que la acción directa sí sirve para que te escuchen ”, afirma el portavoz, que este mediodía lucía una camiseta de color oscuro en la que también podía leerse el lema “Educación contra el genocidio”. Si finalmente se admite el martes esa declaración de amparo, procederán a registrar su denuncia con idea de que la administración de Ayuso dé marcha atrás a sus planes. “Tienen que replegar velas y plantearse su estrategia de represión”, sentencia desde un Aluche que, concluida la manifestación, vuelve a la normalidad. A más de 5.000 kilómetros de distancia, las bombas continúan.