Un estudio internacional reveló que su consumo regular mejora la memoria, la concentración y la agilidad mental, al tiempo que protege a las neuronas del envejecimiento prematuro.
La clave del té verde está en su alta concentración de catequinas, polifenoles que actúan como potentes antioxidantes. Estos compuestos ayudan a reducir el daño celular y favorecen la conectividad neuronal, lo que se traduce en mejores funciones cognitivas. Según el portal Saber Vivir, el consumo regular de esta bebida puede convertirse en una estrategia natural para preservar un cerebro joven y ágil.
Un experimento llevado a cabo por el Hospital Universitario de Basilea, en Suiza, y publicado en la revista Psychopharmacology, reforzó estas conclusiones. Doce voluntarios sanos, con una edad promedio de 24 años,