Un equipo de investigadores ha demostrado que las hormigas tienen la capacidad de fermentar la leche en yogur gracias a los ácidos, bacterias y enzimas que transportan en su organismo. Este hallazgo recupera una práctica casi olvidada de los Balcanes y pone en evidencia la rica biodiversidad microbiana que, durante siglos, dio forma a los alimentos fermentados.

A principios del siglo XX, con la mecanización de la producción láctea en Europa oriental, la receta del yogur se estandarizó, incorporando dos bacterias específicas: Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus . Esta fórmula, replicada globalmente, ha convertido al yogur en un alimento universal y estandarizado. Sin embargo, la historia de la fermentación láctea es mucho más diversa. El estudio revela que las hormiga

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