Yo vivía en Maracay con mi mamá. Andaba por mis quince años, mi hermana tenía dieciocho y ya se había casado. Ella y su esposo se habían mudado hacia el oriente del país, a Carúpano, lugar del cual lo único que yo sabía era que hacían unas ricas empanadas de cazón.
Mi mamá estaba muy apegada a mi hermana y decidió irse de pronto a pasar una Semana Santa con ella y con su nieto. El día del viaje me dijo: “Carmen, voy saliendo para Carúpano donde tu hermana. Aquí te dejo este dinero para que te mantengas mientras regreso. En la nevera hay comida”. Yo me quedé en una pieza y sin poder decir nada, era mi madre… Agarró su maleta y se fue al Terminal de Pasajeros.
Cuando abrí la mano tenía en ella cinco billetes, que para ese entonces me alcanzarían para ocho días solamente. Ella pensaba que e