Aproximadamente un tercio de la vida se pasa durmiendo, lo que equivale a unos 25 años en una expectativa de vida promedio de 75. Sin embargo, la falta y mala higiene del sueño se están convirtiendo en un problema de salud pública de alcance global.

De acuerdo con estudios recientes, entre el 27 % y el 30 % de los adultos presentan dificultades para dormir o somnolencia diurna significativa, una tendencia que ha crecido en los últimos años. El fenómeno afecta de manera desproporcionada a trabajadores con jornadas nocturnas, personas de bajos ingresos y adultos en etapa productiva, incrementando las desigualdades en salud.

Las consecuencias de no dormir lo suficiente son múltiples: mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, obesidad, trastornos mentales y deterioro co

See Full Page