En un municipio del sur del Cauca donde la tierra se mezcla con la música y la cultura late en cada rincón, nació Mariana Llanos. Hija de un agricultor y una madre dedicada al hogar, y hermana de un joven minero, Mariana creció rodeada de historias sencillas, esfuerzo cotidiano y, sobre todo, de la riqueza musical de su tierra. Hoy combina en su vida las melodías de su voz, la contundencia de sus instrumentos y con la fuerza del fútbol.

Cuando recuerda su infancia, lo hace con una sonrisa que refleja orgullo: en su vereda, la música es más que un pasatiempo, es una tradición que se aprende desde pequeños. Ahí descubrió su talento para los instrumentos. El violín, la guitarra y la tambora se convirtieron en sus compañeros, al igual que el canto, que interpreta con una voz que parece llevar

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