Japón está de nuevo en vilo. El Partido Liberal Demócrata (PLD), la maquinaria que ha gobernado el país con mano de hierro durante casi siete décadas , elegirá este sábado a su nuevo líder y, con él, al próximo primer ministro. , tras un efímero año en la Kantei y un batacazo electoral que dejó al PLD al borde de la fractura, ha desatado el desbarajuste político. En un país estrangulado por una inflación galopante, una deuda pública axfisiante y un tablero donde Donald Trump y Xi Jinping juegan con fuego, el próximo inquilino de la residencia oficial heredará una nación al límite y la misión de evitar que descarrile.
El PLD, que ha dominado Japón durante 64 de los últimos 70 años, está contra las cuerdas . Las elecciones de julio para la Cámara Alta fueron un golpe brutal: el partido