Emilio Silva Barrera (Elizondo, 1965) creció escondiendo a su abuelo, del que casi no se podía hablar en casa, y mucho menos fuera. Su abuelo, Emilio Silva Faba, que fue asesinado y arrojado a una cuneta en la dictadura franquista y cuyo cadáver fue el primero identificado en España genéticamente, hace 25 años. Ahora, el nieto heredero del trauma combate el silencio de su historia familiar en su primera novela, Nébeda –el título es el nombre de una planta aromática que la abuela paterna del autor usaba para variar el sabor de las castañas–. Editada por el sello navarro Alkibla, ha sido una escritura “sanadora” y con ella, Silva, activista de la memoria histórica –preside la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH)–, espera contribuir a que se rompan más silencios
"Todavía hay muchas cosas que callamos del franquismo"

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