Atender la pandemia por el covid-19 incrementó el endeudamiento de muchos países y Colombia no fue la excepción. Tras muchos años con acreencias que equivalían al 50 por ciento del PIB, saltaron a casi el 60 por ciento y, aunque en 2023 hubo una corrección, en 2024 volvieron a subir en medio de la caída del recaudo de impuestos.

El presente año arrancó sin mejoras en ese frente, con un presupuesto aprobado por decreto y desfinanciado, lo que hizo que en abril la deuda ya estuviera en 61,3 por ciento . A eso se sumó que el Gobierno anunció la aplicación de una cláusula de escape para no cumplir con la regla fiscal, que le pone un techo al endeudamiento, y en el más reciente Marco Fiscal de Mediano Plazo, la carta de navegación de las finanzas públicas, se estableció una meta de endeuda

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