Una de las escenas más desgarradoras que puede presenciar cualquier amante de la naturaleza es descubrir un cetáceo varado , como un delfín o una ballena, agonizando en la orilla . Si el animal sigue vivo, los biólogos marinos, con la ayuda de voluntarios, intentan protegerlo de la exposición al sol y la desecación de su piel vertiéndole cubos de agua de mar y, a veces, cubriéndolo con mantas húmedas. Otros voluntarios buscan maneras de ayudarlo a regresar a su hábitat marino nativo cuando sube la marea.

Sin embargo, la pregunta que subyace bajo los numerosos varamientos de cetáceos es: ¿Por qué hay tantos delfines y ballenas que acaban muriendo en la costa?

Un grupo de científicos norteamericanos ha planteado una hipótesis inusual: a l igual que algunos adultos con demencia te

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