20.000 personas acudieron el viernes por la noche a la 'homilía' musical del Padre Guilherme en la plaza del Pilar de Zaragoza en una sesión que vino precedida con polémica por estar enmarcada dentro de la promoción pactada por Voz como Zaragoza, ciudad de vida. El portugués había anunciado que trataría de hacer algún guiño a la ciudad en su sesión y cumplió.

Casi al principio de su sesión (tras una versión del 'Aleluya') se empezaron a oír los Infanticos del Pilar entonando el 'Bendita y alabada' que provocó la primera ocasión de móviles en alto para grabar esa actualización del canto en versión electrónica.

Fútbol y sentimiento

La sesión del Padre Guilherme continuó con sus versiones de grandes canciones en algún caso y algún guiño espiritual hasta que de pronto s

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