Cuando –desde hace veinte años– una organización tiene un perfil de gasto en dólares constantes (2004) superior a los 4 mil millones y un gasto promedio anual en personal mayor al 80%, según el seguimiento del gasto de Defensa argentino que realiza Thomas Scheetz para el Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (Sipri), ubicarle su problema más importante no es muy difícil: está en el rubro “personal, más cuando este gasto es el doble del peruano y casi igual al de Chile, pero con una relación coste-eficacia peor.

Defensa es la cartera con más empleo público del Estado argentino.

Internacionalmente se acepta como paradigma que el gasto en defensa, debe tener –para una correcta administración– una distribución del 60% en personal (incluyendo: salarios, bienestar

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