Oposición, de Sara Mesa (Anagrama)

A menudo se sentía un fraude. Sara vive con su madre, no tiene novio y entra a hacer un reemplazo temporal en una oficina pública. En su primer día, la instalan en una mesa con computador y le dicen que debe esperar; la asesora jurídica va a llamarla. Pasan las horas, pasa el día y, aunque ella pregunta, nadie la llama. Así, pasa una semana. “Tuve la sensación de que me fatigaba más aparentando trabajar que si hubiera tenido que trabajar realmente”, dice. Hasta que un día le asignan una tarea a desarrollar con otros funcionarios, pero ellos parecen muy ocupados y el proyecto no avanza. De modo que Sara decide avanzar por su cuenta y prepara un informe. “¿Quién te ha pedido que hagas esto?”, le dicen. “Tú no tienes idea de cómo funciona la administración,

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