En España, las campañas de control de residuos de pesticidas en frutas y hortalizas ofrecen cada año una radiografía sobre el uso de sustancias químicas en el sector agrícola. El informe más reciente, publicado por Ecologistas en Acción con datos de AESAN , muestra los resultados de una serie de naranjas analizadas, un producto clave en la dieta nacional.

El estudio detalla no sólo la frecuencia de detección de residuos, sino también el tipo de plaguicidas y la combinación de sustancias presentes en cada muestra. Las conclusiones apuntan a la existencia de patrones de contaminación múltiple que plantean retos regulatorios y sanitarios, con un especial foco en frutas frescas producidas en territorio nacional.

Naranjas analizadas en España: más de la mitad presenta contaminación múltiple

Los datos recopilados por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición ( AESAN ) y analizados por Ecologistas en Acción muestran que el 57,11% de las muestras de naranjas recogidas en 2023 contenían más de un plaguicida detectado de forma simultánea.

En total, se estudiaron 394 muestras de naranjas , de las cuales 294 (74,62%) presentaron residuos de algún plaguicida . En 225 de ellas se encontraron combinaciones de dos o más sustancias.

Se identificaron 30 plaguicidas diferentes , entre ellos cuatro no autorizados en la Unión Europea, tres clasificados como PFAS (plaguicidas de alta persistencia) y veintiuno con propiedades de alteración endocrina.

“La contaminación múltiple es una realidad habitual en frutas frescas, y las naranjas son un ejemplo claro de cómo distintos tratamientos químicos se acumulan en un mismo alimento”, explicó Koldo Hernández, coautor del informe.

¿Cuáles fueron los plaguicidas encontrados en las naranjas analizadas?

Los residuos detectados en las naranjas incluyen sustancias de varios grupos:

  • Plaguicidas no autorizados en la UE: como clorpirifós , detectado en varias muestras pese a estar prohibido.
  • PFAS o ‘químicos eternos’: compuestos muy persistentes, entre ellos fluopyram y lambda - cyhalothrin .
  • Disruptores endocrinos: fungicidas como imazalil y pyrimetanil, empleados habitualmente en tratamientos postcosecha.

En conjunto, estas sustancias componen un cóctel químico cuya evaluación combinada no está plenamente regulada. Según el informe, “la normativa europea actual no contempla los efectos sinérgicos ni acumulativos de la exposición simultánea a varios plaguicidas”.

Consecuencias de la contaminación múltiple en frutas

La exposición a combinaciones de pesticidas puede generar riesgos que no se observan al analizar cada sustancia por separado. Un estudio citado en el informe recuerda que los cócteles de plaguicidas pueden tener “efectos superiores a la simple suma de sus partes” cuando actúan sobre el organismo humano.

En el caso de las naranjas analizadas en España, la presencia simultánea de sustancias con propiedades cancerígenas, disruptoras endocrinas o extremadamente persistentes es uno de los puntos de preocupación de la comunidad científica.

La tabla incluida en el informe muestra ejemplos de contaminación múltiple elevada:

  • 2 muestras de naranjas tenían residuos de 7 plaguicidas distintos .
  • 225 muestras contenían 2 o más sustancias, lo que representa un 57,11% del total.

Estos datos se inscriben en un contexto general de alta dependencia de pesticidas en la agricultura española: el 37% de todos los alimentos analizados contenían residuos y un 24% mostraban contaminación múltiple.

Lo que recomiendan desde Ecologistas en Acción

Los autores del informe piden una revisión del sistema de control de plaguicidas. “El Ministerio de Agricultura debe modificar la estrategia de los últimos años y apoyar la producción sin tóxicos, que permita proteger tanto a la población como a quienes trabajan en el campo”, señaló Hernández.

Entre las recomendaciones figuran:

  • Aumentar el número de muestras analizadas, para alcanzar los niveles medios europeos.
  • Fortalecer la regulación sobre efectos combinados de plaguicidas en alimentos.
  • Reducir el uso de sustancias candidatas a la sustitución y PFAS, que siguen presentes en el mercado pese a sus riesgos reconocidos.

Por último, la agrupación insiste en que las frutas locales y de temporada tienden a presentar menos sustancias no autorizadas que las importadas, aunque recuerda que en productos nacionales también se detectan contaminaciones significativas.

Así, el caso de las naranjas refleja una tendencia más amplia en el sistema alimentario español. El informe concluye que la dependencia de plaguicidas continúa siendo elevada y que las estrategias actuales no están logrando reducir la exposición múltiple de la población.