Samuele Mulattieri volvió a dejar, durante un buen tramo del primer tiempo, movimientos propios de un jugador superior. De un delantero muy capaz. Robos, conducciones, combinaciones con sus compañeros o simplemente controles de espaldas de difícil elaboración. El italiano ofrece un gran contenido a sus compañeros lejos del área, pero es dentro de ella, en la zona en la que se deciden los partidos, donde deja a deber. Al igual que pasó en Ipurua, el ariete perdonó un par de buenas ocasiones, en especial un remate tras un centro de Ximo Navarro de esos que el ariete titular de un equipo que quiere ascender debe anotar.

El partido lo acabó Eddahchouri , con quien combinó para terminar habilitando a Yeremay para el 1-1. Una obra maestra del canario que nació en una gran acción de espaldas

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