Génesis

Al principio fue el sonido del madero vertical en bogar continuo, al golpear sobre el tronco hueco horizontal del oscuro y tostado árbol cachicamo, desplazándose raudo sobre la superficie del fluido acuoso de turbidez aluvional.

Luego, voces de iboma y nibo que recorren aguas abajo, aguas arriba, el meandrico curso del poderoso e indómito caño; bordeado de copioso vergel. Los rabanales de hojas cordiformes apuntan hacia el límpido cielo. Morichales, manacales, temichales, guamas, yagrumos y el tierno mosure difuminando colores verdes y pasteles degradados. La errante bora pretendiendo posicionarse y empoderarse de todo el cuerpo líquido; pero los manatíes no le permiten semejante despropósito.

Las gregarias toninas tras los bagres, morocotos, arenques y otros peces que se

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