El 17 de octubre, el número dos del régimen venezolano, Diosdado Cabello, anunció la captura de varios extranjeros a quienes señaló de ser “mercenarios” que operaban en su territorio.

Entre los detenidos hay colombianos que, según sus familias, fueron arrestados sin justificación y permanecen presos sin derecho a defensa.

Uno de los casos más emblemáticos es el de Manuel Tique, un colombiano de 33 años que desapareció sin rastro durante semanas.

Solo un mes después su familia supo de él, cuando Cabello lo presentó públicamente como “un reclutador de paramilitares” que, bajo la fachada de pertenecer a una ONG, “ayudaba a mercenarios y terroristas” . Su familia insiste en que esas acusaciones son falsas.

Asimismo, una historia similar vive la familia de Martín Rincón, un palmicult

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