y el enfrentan una paradoja crítica. La región se ha posicionado como una de las principales consumidoras globales de , pero presenta rezagos estructurales que limitan su capacidad para transformarse en productora de esta . El Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA) 2025 advierte que, sin cambios estratégicos, la región consolidará una relación de dependencia tecnológica .

América Latina ya representa entre el 15% y el 20% de las descargas globales de aplicaciones de IA generativa . Esta adopción se extiende a países como Chile, Uruguay, República Dominicana y Perú, que figuran entre los más activos en el uso de estas herramientas. Sin embargo, esta alta demanda no se traduce en inversión ni en infraestructura suficiente para desarrollar soluciones propias

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