Marcelo Polino compartió recientemente detalles poco conocidos sobre su vida personal y sus inicios laborales, revelando que pasó de la indigencia temporal a trabajar con el icónico Pipo Pescador, quien más tarde se convertiría en su suegro.
El relato de Polino se dio durante su paso por Otro día perdido. El periodista contó que cuando llegó a Buenos Aires desde Tres Arroyos inicialmente se instaló en casa de sus padrinos, pero al cabo de un año, lo “invitaron” a que se “retirara”.
Él decidió que no volvería a Tres Arroyos y fue en ese momento que la situación económica se volvió crítica, llevando al periodista a vivir en la calle: “Empecé a pasar con un poquito de hambre y llegué a dormir en las plazas”, específicamente en una plaza cercana al Obelisco.
Durante ese período, mientras ca