La electrificación más lenta de lo prevista sobresale cada vez más en el mar de desafíos de la automoción europea. Tanto que empuja a fabricantes y proveedores a más ajustes, con parones en la producción y despidos para ajustar las estructuras a una demanda que no despega. La falta de tirón argumenta las decisiones que se han sucedido las últimas semanas, como las de Volkswagen, Bosch o ZF. La competencia china, la regulación o los aranceles completan la tormenta perfecta.

La demanda en la UE está en números rojos. Hasta septiembre se han vendido un 0,1% menos de coches, según la patronal ACEA. El panorama de los coches no contaminantes es de estancamiento: el eléctrico lleva más de un año con un techo del 15%-17% del mercado. Con los híbridos como protagonistas, los fabricantes toman med

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