**Impactante caso de doble parricidio en Chile**

El tribunal ha decidido mantener en secreto la identidad de M., acusada de un doble parricidio que ha conmocionado a la comunidad. La imputada, M.O.F.C., está bajo prisión preventiva tras la presentación de una carta que dejó antes de los trágicos eventos. En la misiva, M. expresa su amor por sus hijos y solicita que no haya velorio ni funeral, lo que ha sido interpretado por la Fiscalía como una posible despedida.

La carta, hallada en el living de su casa, no fue verificada caligráficamente, pero su contenido fue considerado esclarecedor. En ella, M. menciona: "Nos vemos. Por favor, no velorio, no funeral, directo donde mi papá y mamá, por favor. Te queremos mucho". Este documento se suma a otras evidencias, como las grabaciones de las cámaras de seguridad del condominio y un revólver encontrado en la escena.

El 26 de septiembre, día de los asesinatos, las cámaras captaron a M. saliendo de su casa y lavando su vehículo. A las 15:08, sus hijos, Marta y Hugo Pereira Franco, aún estaban vivos. Sin embargo, tras una serie de eventos, ambos fueron encontrados muertos en su hogar. Las balas que causaron sus muertes coincidían con el revólver hallado por la policía.

El padre de los jóvenes, quien llegó a la casa tras el incidente, intentó buscar ayuda, afirmando que su hijo estaba convulsionando. Sin embargo, no sabía que su hija también había fallecido. La ambulancia trasladó a Hugo al hospital, donde murió dos días después. Ambos fallecimientos fueron causados por traumatismo craneoencefálico.

Las investigaciones revelaron que M. había estado en contacto con su esposo a través de mensajes de texto, donde expresaba su preocupación y amor por él y sus hijos. En su declaración, el padre describió a sus hijos como personas sanas y apegadas a su madre, quien era descrita como aprensiva.

M. fue detenida en Coihueco, donde su vehículo fue encontrado abandonado. Un lugareño alertó a las autoridades tras notar la presencia del perro de la familia cerca del auto. Al ser arrestada, M. portaba un revólver calibre 22, lo que llevó a su detención por porte ilegal de armas. En sus declaraciones, el padre de los jóvenes mencionó que su esposa tenía conocimiento de la existencia de las armas en su hogar.

El caso sigue bajo investigación, mientras la comunidad espera respuestas sobre este trágico suceso que ha dejado una profunda huella en la sociedad chilena.