Una red de militares colombianos fue desmantelada por la Policía, la Fiscalía y la Contrainteligencia Militar. Se encontró que estos uniformados facilitaban la venta de armas y municiones a grupos criminales como los Pachenca, el ELN y disidencias de las Farc.
La investigación mostró cómo soldados con experiencia desviaban armamento desde depósitos oficiales hacia organizaciones criminales en la región Caribe. El soldado Rendón, conocido como «el Viejo» o «Pinocho», actuaba como intermediario ofreciendo munición a cambio de dinero y cocaína.
Las transacciones se llevaban a cabo con estrictos protocolos de seguridad, incluyendo la entrega de videos como prueba de las operaciones. La red operaba a nivel internacional, con contactos en Florida, Costa Rica, República Dominicana y Venezuela,