Hace veinte años entré con cierta timidez en una librería-café de Palermo que se llamaba Crack-Up. Allí me enteré de que los Crack-Up eran también una editorial y que habían lanzado el libro de Scott Fitzgerald, pero también una antología de poemas llamada Cer dos con prólogo de Carlos Gamerro y contratapa de Fogwill, pero sin los nombres de los autores. La librería desapareció con el tiempo, pero la editorial continuó publicando y cada tanto me cruzo con los Crack-Up en alguna feria.

La última vez fue en la FED 2025, cuando pasé por el stand y creo que me contaron por enésima vez que la librería no existía más y me regalaron dos libros. Uno de Walter Lezcano titulado Los puentes salvajes, que es una empalagosa hagiografía de Roberto Bolaño. El otro es Primitivos, de Damián Stinifker, una

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