Un día Javier Veiga se olvidó el móvil en un tren. Se dio cuenta nada más bajar y fue corriendo al responsable de seguridad para pedirle que le abriera la puerta. El hombre se negó porque no estaba autorizado. Veiga emprendió entonces en periplo por los despachos de la estación en busca de alguien con la suficiente autoridad para permitirle volver a entrar en el tren. Cuando logró dar con la persona indicada ya era demasiado tarde. Veiga vio como el tren partía de nuevo con su teléfono abandonado en el interior.
El actor y director perdió su móvil, pero obtuvo una idea para su nueva película, Playa de lobos , que ha pasado por el festival de cine de Begur y que llegará a las pantallas españolas el próximo mes de diciembre. Dani Rovira regenta un chiringuito en una playa de Fuerteventura