Nuevo Código, viejas vacantes. Desde abril, la Justicia Federal local intenta adaptarse al flamante Código Procesal Penal Federal, una reforma que promete oralidad, plazos breves y eficiencia. Pero entre los despachos, lo que se escucha no es entusiasmo, sino preocupación. El senador nacional Maxi Abad no se anduvo con rodeos: “El nuevo Código Procesal Penal Federal es un gran avance y celebro su sanción. Nuestro país necesitaba un sistema de neto corte acusatorio. Pero la forma en que el Poder Ejecutivo está llevando a cabo la implementación no es la correcta: se hace de manera muy apresurada, sin un análisis previo y sin satisfacer las necesidades de cada jurisdicción”. La crítica no es menor. En la práctica, el nuevo esquema impone plazos estrictos –investigaciones que deben resolverse
Las falencias de la Justicia Federal, la polémica por el balneario que quiere Once Unidos y los números finos que dejó la elección

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