Los santos son los grandes testigos en los que se manifiesta la fuerza y la santidad de Dios ante la comunidad en general. Son testigos victoriosos del amor de Dios y nos han dejado un modelo de vida plena a imitar adaptándolo a nuestro propio estado de vida. No pasan de moda porque sus virtudes y sus obras de amor dan gloria a Dios, trascienden, son siempre actuales; transparentan la gracia de Dios.

El personaje que hoy veneramos y del cual hablaremos escuetamente es San Francisco de Asís. Su ejemplo fue decisivo para el bien de la Iglesia de su tiempo, cumpliendo lo que le pidió el Cristo de San Damián y sigue siendo fuente de inspiración para la Iglesia de nuestros días, como han reiterado los últimos Papas.

Es uno de los más grandes santos en la historia de la Iglesia. Ha recibido mu

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