Andros Lozano Actualizado Domingo, 5 octubre 2025 - 14:49
En los alrededores de la Plaza de Misión Rescate, en Ubrique (Cádiz), los vecinos echan de menos una estampa que hasta hace poco veían casi a diario. Los Ambrosios, padre e hijo, salían de su casa agarrados del brazo, subían a un autobús de una parada cercana y se iban a un finca de campo que la familia tiene a ocho kilómetros del municipio, en Tavizna, una pedanía rural perteneciente a Benaocaz, un pueblo vecino.
Allí, Ambrosio padre, que ronda los 100 años, y Ambrosio hijo, de 61, siempre con su bastón y sus gafas negras, pasaban el día rodeados de naturaleza, aunque en ocasiones alargaban su estancia durante varias jornadas. Les encantaba estar allí, rodeados del cantar de los pájaros y del leve susurro de los animales