El limonero es uno de los árboles más comunes en el patio de los argentinos, ya que no solamente perfuma el aire, sino que además, regala sus mejores frutos y saboriza las comidas y bebidas una gran parte del año. Sin embargo, es común ver que estos árboles tienen un clavo en su tronco.

Se trata de un tip de los aficionados de la jardinería, ya que parece estimular el crecimiento del tronco y su producción de frutos. Y aunque pueda sonar extraño, la explicación es bastante sencilla: el hierro es una fuente clave de nutrición para la planta.

De hecho, dejar un clavo de hierro clavado en el tronco del árbol ayuda a que éste absorba pequeñas cantidades de este material y contribuya a su desarrollo. El hierro es clave para la formación de clorofila, una sustancia que le otorga el color verde

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