Cohabitan en Tadej Pogacar , el hombre y la máquina, el ángel y el demonio, la bendición y la maldición, el genio y el contable, el espectáculo y el tedio.
Es un ser de otro planeta el esloveno, que deshojó la margarita del Europeo con el patrón de siempre, otra descomunal exhibición que para él es lo cotidiano.
La monotonía de un campeón que entierra cualquier disputa, que aniquila la disidencia, que extermina la incertidumbre. No existe alternativa a Pogacar, tan hambriento y eficaz. Omnipotente.
Pogacar festeja la victoria. UEC
Nada humano derrota al esloveno, el hombre a la victoria pegado. Tras él, la nada y después la desesperación y la impotencia. Vive en el cielo Pogacar, que a todos manda al infierno con desdén.
Agarró el Europeo el campeón del mundo después de un ataqu