Durante su primer informe de gobierno en el Zócalo capitalino, la presidenta Claudia Sheinbaum defendió con firmeza la reforma a la Ley de Amparo recientemente aprobada en el Senado, la cual —aseguró— no limita el derecho de los ciudadanos a protegerse frente a actos de autoridad, sino que busca agilizar la impartición de justicia y cerrar el paso a quienes utilizan los recursos legales como escudo para eludir responsabilidades fiscales.

“Su objetivo es hacer la justicia más rápida, más expedita, garantizar la pronta actuación frente al lavado de dinero y evitar que el amparo se convierta en un resguardo de por vida de los potentados de antes que no quieren pagar sus impuestos”, declaró ante miles de simpatizantes reunidos en la plancha del Zócalo.

La mandataria hizo alusión indirecta a

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