Fue el 29 de julio de 1993. Aunque pasaron más de 30 años, el médico forense de San Luis, Ricardo Torres (70) , todavía recuerda con nitidez lo que vivió aquella mañana de invierno cuando alrededor de las 7.30 escuchó sonar el timbre de su departamento con cierta insistencia. “Abrí la puerta y había un oficial de policía. Yo no lo conocía. Se presentó como Comisario General de la Policía de Mendoza y, con tono autoritario, me exigió que le entregara el cuerpo de una niña de cuatro años que había llegado sin vida al hospital local”, le cuenta a Infobae .
Torres se negó y fue a la morgue. Allí lo esperaba una imagen que nunca olvidaría: el cadáver de una nena vestida de fiesta, con un moño en la cabeza . “Como era un día de semana, recuerdo que pensé: ‘Qué raro… Tendría que estar vest