Aunque no los vemos, los microplásticos están presentes en gran parte de lo que comemos y bebemos. Estas diminutas partículas pueden desprenderse de utensilios de cocina, envases, botellas de agua o incluso tablas de cortar.
Al entrar en contacto con el calor o con alimentos durante la preparación, terminan en nuestra dieta diaria sin que lo notemos.
Utensilios y envases: las principales fuentes
Los plásticos sometidos a altas temperaturas tienden a liberar microplásticos. Esto ocurre con sartenes antiadherentes deterioradas, espátulas, cucharas o envases que se usan para calentar comida en el microondas.
También sucede con envases de comida para llevar, recipientes reutilizados en exceso o tablas de cortar de plástico. Cambiarlos por materiales como acero inoxidable, vidrio, cerámi