La ciudad de Lima despertó este lunes 6 de octubre sumida en un caos vehicular sin precedentes, tras el inicio del paro de 24 horas convocado por gremios del transporte urbano. De acuerdo con estimaciones preliminares, más del 90 % de las empresas de Lima y Callao acataron la medida, lo que provocó la paralización casi total del servicio en numerosos distritos. Esta protesta, denominada por los mismos transportistas como un “apagado de motores”, busca visibilizar la grave situación de inseguridad que enfrenta el sector, golpeado por una creciente ola de asesinatos y extorsiones atribuidos a mafias del crimen organizado que operan en distintas zonas de la capital.

Decenas de buses de distintas rutas, como El Rápido, la 50 y la 41, se trasladaron al Congreso como parte de un paro que busca

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