Las jornadas extensas, las pantallas encendidas hasta altas horas de la noche y los horarios saturados han hecho que muchos niños vivan en un estado constante de agitación. El nerviosismo se refleja en dificultades para dormir, para concentrarse en clase y, en muchos casos, en discusiones dentro de casa.
No es sencillo para los padres gestionar ese ritmo, pero existen prácticas que ofrecen una pausa necesaria: el yoga infantil y los juegos de respiración.
“Son herramientas sencillas y eficaces para que los niños reduzcan el nerviosismo, mejoren su concentración y encuentren calma en media de agendas muy cargadas”, afirma Roberto San Antonio-Abad, presidente de Cofenat, la Asociación Nacional de Profesionales y Autónomos de las Terapias Naturales.
El yoga infantil se aleja de las postura