Aunque parezca broma, no lo es. En medio del aumento de las extorsiones y el temor generalizado por la inseguridad, la presidenta Dina Boluarte y su ministro del Interior, Carlos Malaver , ofrecieron una singular fórmula para enfrentar al crimen: “no contestar el teléfono ni abrir los mensajes amenazantes”.

El insólito consejo fue pronunciado en plena crisis por el paro de transportistas, motivado por el asesinato de un chofer de la empresa Lipetsa, crimen que desató la indignación de un gremio golpeado por las mafias. Mientras los conductores exigían seguridad, la respuesta del Gobierno fue una advertencia tecnológica.

“A la ciudadanía en general: no abran esas llamadas, no abran esos mensajes”, dijo Boluarte. La mandataria pidió que, ante una comunicación sospechosa, los ciudadan

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