“Agarraron al enemigo equivocado”. Federico “Fred” Machado se sentó frente al juez federal, movía las manos nervioso, se le quebraba la voz y lloró para no ser extraditado a los Estados Unidos, donde la justicia de ese país lo reclama por narcotráfico, fraude y lavado de dinero.
Era el 7 de abril de 2022. Hacía un año estaba detenido, ya en prisión domiciliaria. El juez federal de Neuquén, Gustavo Villanueva , había escuchado al fiscal Miguel Palazzani y a la defensa. Habían pasado cinco horas y media de audiencia. Machado estuvo sentado junto a sus abogados, Francisco Oneto y Roberto Rallín . Había dado sus datos personales y contestado algunas preguntas. Llegaba su momento. El de hablar.
Se sentó ante el juez y ante la pregunta de si aceptaba ser extraditado dijo “no”. Luego h