Las calles del norte de Lima amanecieron cargadas de tensión y reclamos. En avenidas clave, los buses permanecían detenidos, formando filas interminables en los alrededores del óvalo de Habich , en San Martín de Porres. No se trataba de una jornada cualquiera. La protesta convocada por las empresas de transporte urbano coincidió con el creciente malestar por la inseguridad y la reciente muerte de un conductor en San Juan de Miraflores, un hecho que, según los empresarios, “rebasó los límites” de la tolerancia.

Desde primeras horas, representantes de diversas compañías se agruparon en los puntos de bloqueo para hacer escuchar su pedido: ser recibidos directamente por la presidenta Dina Boluarte o el presidente del Consejo de Ministros, Eduardo Arana . Ninguna otra autoridad —ni m

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