Puede que tenga sus raíces en la ciencia ficción, pero un pequeño número de investigadores está logrando avances reales, intentando crear computadoras a partir de células vivas.
Bienvenidos al peculiar mundo de la bioinformática.
Entre quienes lideran el camino se encuentra un grupo de científicos en Suiza, con quienes me reuní.
Ellos esperan que algún día podamos ver centros de datos llenos de servidores “vivos” que repliquen aspectos de cómo aprende la inteligencia artificial (IA) y que puedan utilizar una fracción de la energía de los métodos actuales.
Esa es la visión de Fred Jordan, cofundador del laboratorio FinalSpark al que fui de visita.
Todos estamos acostumbrados a las ideas de hardware y software en las computadoras que usamos actualmente.
El término, un tanto sorpren