Este Búho, como el gran Charly García, es libriano. Este 23 de octubre el genio del rock cumple un año menos de vida, una vida azarosa, díscola, descarrilada, llena de excesos y perturbaciones. Debo confesar que su música ha marcado etapas muy importantes en mi vida. Por eso escribo esta columna con una emoción especial, desde el corazón.
Lo descubrí cuando era un muchachito ‘libre e indocumentado’ y vivía mi adolescencia sin preocupaciones, más bien sumergido en libros, revistas y hacía mis primeros trazos sobre el papel. Eran esos salvajes años ochenta.
El Perú se desangraba por el terrorismo de Sendero Luminoso, que pronto tocaría las puertas de Lima. Entonces para muchos chiquillos de aquellos años un buen refugio era la música en su vertiente más honesta y frontal: el rock.