Ananá, puerro, morrón amarillo, ajo -mucho ajo-, limones, repollo blanco y también colorado, cebolla morada, morrón verde, zapallo anco y calabaza. Todo eso cuelga alrededor de un fuego que, lento pero constante, asa las frutas y las verduras y desprende un aroma que, quien tenga la suerte de cruzárselo, no olvidará por varios días.
El fuego cocina lento todo eso que después servirá de ingrediente o que sencillamente cuelga allí para que la experiencia entre por los ojos y, sobre todo, por el olfato, el más primitivo de todos los sentidos. También cocerá -un poco, apenas- la carne, estrella de esta noche que gira alrededor de un hombre y su nombre: Francis Mallmann .
El chef argentino, reconocido en el mundo y especializado en los métodos para asar que empezó a aprender en la Patagonia