Durante los dos capítulos anteriores de esta serie advertimos que el fraude en licencias médicas es mucho más que un conjunto de malas prácticas: es un cáncer silencioso que corroe la confianza en nuestro sistema de salud.
Primero , expusimos la magnitud del fenómeno —un 8,6 % de licencias potencialmente fraudulentas, según la literatura científica— y los costos millonarios que se traducen en un perjuicio directo para todos los chilenos. Luego, en la segunda columna , reconocimos los avances en detección y las medidas de control impulsadas por la Contraloría y la SUSESO, proponiendo que el problema no era exclusivo del Estado, sino una enfermedad transversal del sistema. Planteamos que la corrupción, cuando se normaliza, deja de ser patrimonio de un grupo: se convierte en un hábito