El técnico había llegado a Boca a mitad de este año, en reemplazo de Fernando Gago. Una infección urinaria en las últimas semanas lo había afectado mucho.
Era un tipo querido Miguel Angel Russo . Tan querido, tan amigo de tantos, tan respetuoso y tan respetado por todos que por eso, la noticia de su muerte estremece de pena al fútbol argentino. Miguel, Miguelo o el Palomo dedicó cincuenta de sus sesenta y nueve años de existencia a estar dentro de una cancha . Primero como jugador de Estudiantes de La Plata , el club donde desarrolló toda su carrera como futbolista entre 1975 y 1988. Y l uego, desde 1989 como director técnico de infinidad de equipos de la Argentina, Chile, España, México, Colombia, Perú, Paraguay y hasta Arabia Saudita con los que vivió todas las emociones posible