En una zona donde el verde debería imponerse sobre cualquier otra huella humana, las autoridades ambientales del departamento hallaron un escenario devastador: madera vieja, restos de muebles, plásticos derretidos y puntillas oxidadas ardían al aire libre mientras una espesa nube de humo gris se extendía por los cerros de Ciudad Bolívar.
La escena fue descubierta en la vereda La Quiba, dentro de un área protegida del sur de Bogotá, donde se elaboraba carbón vegetal de manera ilegal.
El hallazgo encendió las alarmas no solo por la magnitud del daño ambiental, sino por el riesgo que representaba para las comunidades cercanas. En pleno agroparque, una zona que el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de la capital reserva para conservación, restauración y educación ambiental, se estaban le