Miguel Ángel Russo murió este miércoles, a los 69 años, pero la huella que dejó fue imborrable en la mayoría de los equipos que dirigió. En varios de ellos logró títulos, siendo uno de los más recordados el de la Copa Libertadores que obtuvo en 2007 conduciendo técnicamente a Boca Juniors. Esa vuelta olímpica le hizo ganarse para siempre el cariño de los simpatizantes xeneizes , para quienes la Libertadores es un permanente objeto de deseo.
Con un Juan Román Riquelme brillante en el campo de juego y la número 10 en sus espaldas , más una letal dupla de ataque conformada por Rodrigo Palacio y Martín Palermo , Boca dejó aquel año en el camino a Vélez (octavos), Libertad de Paraguay (cuartos de final), Deportivo Cúcuta (semifinales) y Gremio, al que derrotó en ambas finales con