Israel Navarro Ciudad de México / 08.10.2025 15:16:00
En décadas pasadas, ser gobernador te permitía, entre muchas otras cosas, dejar a tu heredero en el trono local, lo que garantizaba la continuidad de su grupo y proyecto político, pero sobre todo impunidad.
El pacto de impunidad, de no agresión, alcanzó incluso los tiempos de alternancia en los que los mandatarios como Gabino Cué, Antonio Echevarría, Rafael Moreno Valle, Carlos Joaquín González, por mencionar algunos, no llamaron a cuentas a sus antecesores de otros partidos, Ulises Ruiz, Roberto Sandoval, Mario Marín, Roberto Borge, respectivamente, por sus escándalos de corrupción y abuso de poder.
Sin embargo, estás dos reglas no escritas de la política —pero siempre aplicadas— se han roto desde la instauración de la 4T.