El viento mece las ramas, los pájaros pían... y, de vez en cuando, se oye el motor de algún coche. Así suenan las mañanas en La Malahá, un pequeño pueblo de la provincia de Granada que no suma ni 2.000 vecinos. Es entresemana; casi todos están trabajando o en clase. Solo unos pocos se libran, los más mayores. Al final de una calle, junto al parque infantil, han conquistado la sombra de los árboles. Allí pasan las horas hasta que, cuando llega el mediodía, abandonan las sillas a su suerte, sabiendo que cuando vuelvan todo seguirá exactamente igual.

Esa certidumbre fruto de la experiencia no se estila, sin embargo, en la calle de arriba, donde el paisaje natural se pierde entre humildes adosados blancos. Solo un hombre vaga por allí a la llegada de IDEAL; acierta el destino y lo señala. En

See Full Page