Llevaba meses alquilando habitaciones en un local que no tenía licencia de habitabilidad. Un espacio que reacondicionó para, según la Policía Nacional, lucrarse con el dinero que pedía a aquellos con escasos recursos a los que se las alquilaba.

R.F. se jactaba incluso de tener una cierta impunidad para hacerlo y admitía que incluso tenía todos los permisos y actuaba dentro de la legalidad , a pesar de tener en contra a vecinos, a las propietarias del local que se lo alquilaron supuestamente engañadas por él, al Ayuntamiento de Zaragoza y a la policía.

Tras meses de tensión, de acusaciones cruzadas y de denuncias que apuntaban a la presunta estafa que R.F. estaba cometiendo, los investigadores de la Policía Nacional entraban en su vivienda en Utebo y, tras desalojar el local de Parq

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