La derrota de ayer, contundente e inobjetable, obliga a los Marineros de Seattle a regresar mañana a casa para el juego de vencer o morir contra los Tigres de Detroit, en la más pareja de las series divisionales.
CIUDAD DE MÉXICO._ La derrota de ayer, contundente e inobjetable, obliga a los Marineros de Seattle a regresar mañana a casa para el juego de vencer o morir contra los Tigres de Detroit, en la más pareja de las series divisionales.
Un triunfo que, según lo visto, puede caer hacia cualquier lado, separa al equipo de Andrés Muñoz de su primera serie de campeonato desde 2001, año de gracia en que cayeron ante los Yanquis de Nueva York.
Los Marineros, que nacieron en 1977 junto con los Azulejos de Toronto, son los únicos entre los sobrevivientes que nunca han llegado a la Serie Mun