9 de octubre de 1940. Quizás los primeros llantos de John Winston Lennon quedaron ahogados por los aullidos de las sirenas antiaéreas y el temor constante a las bombas que acechaban Liverpool, mientras el ejército nazi avanzaba sobre Europa. El Reino Unido ya sufría los estragos de la Segunda Guerra Mundial. Al frente del gobierno, Winston Churchill lideraba a una nación asediada, que resistía bajo los incesantes bombardeos que estremecían ciudades enteras. En ese escenario de miedo y resistencia nació un niño destinado a desafiar las reglas, a ponerle melodía a la rebeldía y a transformar para siempre la forma en que el mundo entendería la música, la política y la esperanza.
Hijo de un tiempo convulsionado, se convirtió en el hombre que nunca temió pronunciarse contra el statu quo,