En los bosques y mercados del DMV, septiembre y octubre traen consigo una joya de la naturaleza: el pawpaw. Esta fruta nativa de Norteamérica, con su apariencia de mango verde y su sabor que combina plátano y mango, es un deleite tropical que no deja indiferente a nadie. Su textura cremosa, parecida a un flan, y su conexión con frutas como la chirimoya y la guanábana, la convierten en un manjar que vale la pena buscar.
¿Por qué el pawpaw es tan especial?
El pawpaw no es solo una fruta, es una experiencia sensorial. Axios describe su sabor único y su corta temporada como lo que la hacen un favorito entre quienes buscan productos frescos y locales. Sin embargo, su delicadeza lo mantiene fuera de los supermercados, ya que una vez maduro, su vida útil es tan breve como su temporada. Por eso,